Sábado a la noche del 10 de marzo. Athos y yo íbamos a un cumpleaños y decidimos comprar unas gaseosas en un negocio de comidas para llevar, de nuestro barrio.
Athos: -¿Tenés Coca Zero o ligth?
Vendedor: -No, no tengo nada. Desenchufé la heladera porque hoy no tengo oficina.
Después de pensarlo me di cuenta de que no se trataba de su oficina, sino que no era día ni horario de oficinas, pero ¿y los vecinos?, ¿no somos sus clientes? Curiosa forma de vender.
domingo, 25 de marzo de 2012
domingo, 18 de marzo de 2012
Minina
Un escritor sin gato es como
un ciego sin lazarillo. (Osvaldo Soriano)
Cuando
era chica nunca tuve gatos, siempre perros porque a mi papá le gustan los
perros, pero a los dieciséis años una amiga me ofreció una gatita, hija de su
gato y de una gata callejera (¿o techera?). Cuando la gata quedó preñada la
acogió una vecina, y los gatitos nacieron en la casa que daba su fondo con la de
mi amiga.
Fui a
ver los gatitos, eran cuatro, dos negros, uno rubio y uno gris con manchas
amarillas, tenía los colores de la madre y el pelo largo del padre. A mi me
gustó el “gatito” gris de pelo largo.
La
llevé a mi casa, no recuerdo en qué, creo que en una caja. Dejé la caja sobre
la mesa y Pantera, la perra ovejero belga, se paró en dos patas para ver y
oler. El “gatito” le puso muy mala cara a la perra. Fue la primera impresión.
Cuando
mi papá vio el gatito me dijo que era una gata y que había que castrarla, a
partir de ahí se llamó Minina.
La
primera noche puse su caja a los pies de mi cama y le dije que se quedara ahí.
Yo ya estaba acostada cuando sentí un motorcito, un ruido desconocido que venía
no sé de donde. De pronto me di cuenta de que Minina hacía ese ruido y se
apoyaba sobre mi pecho. Me asusté, pensé: “La gatita me quiere atacar”. Nadie
me había dicho que los gatos ronronean cuando sienten placer, y no había
escuchado ninguno, aunque me lo hubieran dicho.
Con
mucho cuidado la saqué de mi cama y la llevé de nuevo a su caja. De nuevo salió
ronroneando con la idea de acostarse conmigo. La devolví a su caja, hasta que
entendió que tenía que quedarse ahí.
Un par
de veces la bañé, en verano, con agua fría, la sequé con toalla y ella se
peinó. No sabía que a los gatos hay que secarlos con secador y peinarlos, ésa
es la labor de una segunda madre.
Minina
era curiosa, le gustaba sentarse en el umbral de la puerta con Pantera y
conmigo a mirar los autos y la gente pasar. También le gustaba sentarse a mi
lado a mirar el agua que caía del secarropas.
Pantera,
que odiaba los gatos, la adoptó como una hija, y se angustiaba cuando Minina
andaba por la pared medianera o subía a los techos.
Minina
tenía un comedero con comida todo el día y no sabía controlarse, por eso llegó
a ser una gata obesa, y dormía en mi cama, arriba de una silla, arriba del
piano o con la perra.
Como en
mi casa había mucha gente, éramos cinco, y una perra, la gata nunca estaba sola
y no se aburría. Teníamos un patio con un arbolito donde se afilaba las uñas.
Nunca se colgó de una cortina, ni se metió en el lavarropas, ni rompió las
sillas. Cuando hacía frío y teníamos cerrada la puerta trasera ella pedía salir
para ir al patio. Cuando era chiquita mi mamá no la dejaba, y aceptaba que no
podía salir.
Después
de vivir seis años en el centro, en una casa con patio, y pasearse por los
techos de la manzana, nos mudamos a la quinta, donde había otros cinco gatos. Los
primeros días no quería salir de la habitación de mis padres, después se fue
animando, pero nunca se integró a la vida de los otros gatos.
Vio
llenarse la casa de perros, de esos perros que un día la acorralaron y la
asustaron. Yo la recogí de entre los perros, la llevé a la casa, la apoyé en el
piso y la acaricié. Cuando dejé de acariciarla murió. Y a partir de ahí mi
relación con esos perros nunca más fue la misma.
domingo, 11 de marzo de 2012
Azul, es el 112 (II)
Cuando escuché la primera frase no tuve dudas, Celeste estaba en el colectivo azul.
–Por el feriado no tuve psicóloga, ¡no!, ¡me voy a morir!
–Llamala,
ella te dio el teléfono y dijo que cualquier cosa que necesitemos cualquiera de
nosotros, que la llamáramos.
–Sí, la
voy a llamar esta noche, para verla mañana.
–¿Dónde
tenés el teléfono?
–En la
billetera.
–
–No,
mañana tengo ensayo y salgo muy cansada, no la voy a ver a la psicóloga.
–¿A qué
hora salís?
–A las
seis y media.
–Entonces
andá a la psicóloga a la seis y media.
(Pausa)
–Convencelo
a papá que me enseñe a manejar.
–
–Decile
que yo quiero aprender. Ya sé que él está cansado, que dejó de trabajar y se
convirtió en el chofer de la familia. Yo quiero aprender. No me voy a comprar
un auto ni pedirle el auto prestado para salir los sábados, por el momento no,
yo quiero aprender, para saber, por si necesito.
–Bueno,
le voy a decir.
(Pausa)
–El
Aldo es mi príncipe azul, es inalcanzable. Yo no lo visito por lástima, sino
porque me hace bien, no tan bien como tendría que hacerme, pero me hace bien.
Él me dice que si me enamoro de otro está bien, y cuando Juan se estaba por ir
a Bariloche, casi me enamoro de Juan, pero ya pasó.
–
–El
Aldo trabaja de remisero para tener su plata.
–Está
muy bien, tu papá también empezó a trabajar a esa edad.
–La
familia del Aldo no me quiere ver, le dicen que si me ve no va a ir a
Bariloche.
domingo, 4 de marzo de 2012
Liebster blog
En estos últimos días Movimientos breves rosarinos recibió dos menciones de dos amables blogueros: ambos recomiendan este blog y le entregan este premio. Ellos son Sergio A.K.A The Question de I´m not the answer, I´m The Question y El Demiurgo de Hurlingham de su blog también llamado El Demiurgo de Hurlingham. ¡Muchas gracias a los dos!
¿Qué significa Liebster Blog? Por lo que averigüé, liebster significa favorito, en alemán; así que sería como el blog favorito.
Como suele ser con estos obsequios, viene con reglas. Movimientos breves rosarinos acepta esas reglas y las explicita:
1) Copiar y pegar el premio, y enlazar el blog que lo entregó.
2) Mencionar cinco blogs que tengan menos de 200 seguidores y comunicárselo mediante comentarios.
3) Esperar que esos blogs recojan el premio y lo pasen a otros blogs.
Los cinco blogs que quiero recomendar son.
Netomancia: Que es un escritor de verdad, con muchos premios más importantes que este, pero este premio me sirve de excusa para decirle a ustedes que lo lean.
Los apuntes del Oso: Porque es otro excelente escritor, que también tienen que conocer.
Confesiones de dos puntitos: Porque se están perdiendo algo importante si no conocen los dos puntitos.
Anábasis: Porque es un blog de una delicada literatura breve, que no dudo en recomendar, aunque tiene un poco más de 200 seguidores.
El arca de las palabras: Es un blog de palabras perdidas y recuperadas, con ejemplos literarios y bellísimas ilustraciones, que seguro que les va a gustar.
Saludos y felicitaciones a todos.
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